Definiciones…
Realismo: Tendencia artística y literaria que consiste en representar fielmente la realidad y crear cierta tensión emocional sin llevar a cabo ninguna idealización.
Hiperrealismo: Corriente artística, especialmente pictórica, que surgió a finales de la década de 1960 y que se basa en la reproducción fiel, casi fotográfica, de la realidad.
Fotorrealismo: Representa una fotografía con el objetivo de representar una fotografía (valga la redundancia).
Para ustedes qué técnica sería mejor. Cuando empecé a pintar realismo, mi meta era llegar al hiperrealismo, era un reto para mí, en algún momento creí que si llegaba a ser hiperrealista sería GRANDE, ya ni se diga llegar a un fotorrealismo.
Con el paso del tiempo y con mas conocimiento, me di cuenta que si, efectivamente tener una buena técnica ayuda muchísimo, ayuda a expresar mas fielmente lo que quieres transmitir, ayuda a decir: “wow, parece foto”. Pero llegó un momento en que esa frase ya no me satisfacía, ya no me llenaba pintar casi como la foto. Y empecé un estado de búsqueda y creo que sigo en él. Si bien es cierto que algunas obras mías han tenido una buena aceptación, siento que pesa mucho mi técnica y no tanto el tema. (No se si sea buena idea abrirme tanto a nivel internet, pero pues, qué mas da.) Había sido seguidora de varios hiperrealistas tanto mexicanos e internacionales y resulta que sí, hay varios bastante aburridos! No pasan de un desnudo clásico con un fondo de póster de tienda departamental, o de una muy buena foto de revista, pero no tienen un discurso interesante. Lo único impactante es la excelente técnica que manejan. Y no es tirarles lodo, soy fan de ellos pero por la puritita técnica.
Mi meta ahora es mover emociones apoyadas en una buena técnica visual, pero con un discurso que conmueva. ¡ESO ES ARTE! (dicen por ahí). Y les cuento esto por que hace unos años yo estaba aferrada a que el hiperrealismo o fotorrealismo era lo mejor del mundo del arte y hasta me ofendía si alguien decía: “para eso, mejor me compro un poster” y no entendía cómo podían decir eso, si la pintura lleva tantas horas de trabajo, infrapintura, veladuras, detalles y mas detalles.
Cuando te especializas en una técnica como el realismo y mas allá, siento que el 80% es una excelente estudio de la imagen y un “ojo bien entrenado”, hay que aprender a mirar, a descifrar e intuir colores, a observar de una manera clínica cada imagen que tienes en frente y que quieres reproducir para que quede lo mas parecido posible o igualito si nos referimos al fotorrealismo.
Pero como les decía, ha llegado el momento en mi vida pictórica donde necesito mas, donde las imágenes de los pintores que admiro técnicamente ya no me llenan, me he dado cuenta que en esta época de perfección y rescate por la técnica clásica donde se lucha por no hacer “abstracto decorativo” o su famoso “arte contemporáneo”, no existe un discurso como lo había en el pasado. Los pintores clásicos pintaban muy bien y aparte su obra tenía retórica, tenía un discurso interesante o por lo menos se espejeaba lo sucedido en esa época. Es decir, se contaban historias de la época, de religión, de literatura, etcétera, pero hoy en día, son pocos los que logran reflejar nuestra época y ya no hay tanta literatura en la plástica. Un gran porcentaje del realismo e hiperrealismo “decorativo” se reduce a desnudos sin historia, reflexiones y flores. Por supuesto que hay pintores excelentes que están rescatando la pintura de academia y eso me enamora! Sinceramente para mi no hay cosa mejor en la pintura que seguir a los grandes maestros del arte clásico y que mejor que con un tema actualizado. Es por eso que me he dado a la tarea de si no hacer literatura plástica (por que me falta muchísimo conocimiento, debo de aceptarlo) por lo menos darle un discurso diferente a mi obra y empezar a aportar un poquito de magia a la plástica y no solo reproducir fotografías y pasar mas allá del “parece foto” si no conmover a cualquier espectador, sepa o no sepa de arte no solo por la técnica , si no por el discurso.
Todos debemos evolucionar interiormente, exteriormente y por supuesto espiritualmente, eso señores se debe de reflejar en una buena obra. Uno de mis maestros decía “ tienes que hacer una obra que no se caiga de la pared” es decir,
que no pase de moda en unos años, como lo es el arte decorativo. ¡Así de fácil y así de difícil!